Gambas violetas salvajes se capturan en las frías aguas del océano Atlántico sudoriental hasta 1400 metros de profundidad. Para preservar inalteradas las cualidades organolépticas, se congelan inmediatamente a bordo con las tecnologías más avanzadas. Se distinguen de la gamba roja por sus típicas tonalidades violetas y azuladas, por su carne rosada y jugosa y por su sabor intenso e inconfundible. Aunque se consumen frecuentemente crudas, son ideales para cualquier preparación.
Gambas violetas salvajes se capturan en las frías aguas del océano Atlántico sudoriental hasta 1400 metros de profundidad. Para preservar inalteradas las cualidades organolépticas, se congelan inmediatamente a bordo con las tecnologías más avanzadas. Se distinguen de la gamba roja por sus típicas tonalidades violetas y azuladas, por su carne rosada y jugosa y por su sabor intenso e inconfundible. Aunque se consumen frecuentemente crudas, son ideales para cualquier preparación.
Precio IVA incluido