El Parmigiano Reggiano Prodotto di Montagna es una excelencia de la tradición quesera italiana y representa el producto DOP más importante obtenido en zona montañosa. Elaborado exclusivamente con leche cruda procedente de establos de montaña, con alimentación predominantemente montañesa, este queso está garantizado por rigurosos estándares de calidad y selección, con evaluación "al martillo" a los 20 meses. Con una maduración de 24 meses, desarrolla un perfil organoléptico complejo, que une la riqueza del sabor con la autenticidad del territorio montañoso. Aspecto: Forma cilíndrica tradicional con corteza dura y resistente. Pasta de color amarillo pajizo, sin ojos o con ojos pequeños. Estructura: Granulosidad evidente, consistencia compacta y quebradiza, con una textura soluble enriquecida por cristales de tirosina que aportan un agradable crujido. Olor y aroma: Complejos, con notas de frutos secos y un característico aroma a caldo de carne, derivado de la maduración en montaña. Sabor: Equilibrado entre salado, ácido y dulce, con una ligera nota picante que confiere profundidad al gusto. Maridajes recomendados: miel de rododendro, perlas al condimento blanco, compota de pera y vinagre balsámico de Módena IGP, gelatina de Lambrusco de Módena DOP, crema de vinagre balsámico de Módena IGP y higos, puré de arándanos silvestres, Savòr Modenese, cerveza de abadía o Saison, vinos Chardonnay y Pinot Noir, pan integral o crostinis rústicos. Delicioso rallado sobre primeros platos o disfrutado solo, acompañado de miel y frutos secos para apreciar plenamente la complejidad y calidad montañesa. Se recomienda un cuchillo almendrado para quesos curados, ideal para romper el queso manteniendo su textura granulosa.
Precio IVA incluido
El Parmigiano Reggiano Prodotto di Montagna es una excelencia de la tradición quesera italiana y representa el producto DOP más importante obtenido en zona montañosa. Elaborado exclusivamente con leche cruda procedente de establos de montaña, con alimentación predominantemente montañesa, este queso está garantizado por rigurosos estándares de calidad y selección, con evaluación "al martillo" a los 20 meses. Con una maduración de 24 meses, desarrolla un perfil organoléptico complejo, que une la riqueza del sabor con la autenticidad del territorio montañoso. Aspecto: Forma cilíndrica tradicional con corteza dura y resistente. Pasta de color amarillo pajizo, sin ojos o con ojos pequeños. Estructura: Granulosidad evidente, consistencia compacta y quebradiza, con una textura soluble enriquecida por cristales de tirosina que aportan un agradable crujido. Olor y aroma: Complejos, con notas de frutos secos y un característico aroma a caldo de carne, derivado de la maduración en montaña. Sabor: Equilibrado entre salado, ácido y dulce, con una ligera nota picante que confiere profundidad al gusto. Maridajes recomendados: miel de rododendro, perlas al condimento blanco, compota de pera y vinagre balsámico de Módena IGP, gelatina de Lambrusco de Módena DOP, crema de vinagre balsámico de Módena IGP y higos, puré de arándanos silvestres, Savòr Modenese, cerveza de abadía o Saison, vinos Chardonnay y Pinot Noir, pan integral o crostinis rústicos. Delicioso rallado sobre primeros platos o disfrutado solo, acompañado de miel y frutos secos para apreciar plenamente la complejidad y calidad montañesa. Se recomienda un cuchillo almendrado para quesos curados, ideal para romper el queso manteniendo su textura granulosa.