
Descripción
El Lardo es un embutido que se remonta a tiempos remotos pero que conserva bien su reputación por su bondad, principalmente debido al sabor delicado enriquecido en su mayoría por especias aromáticas añadidas durante la preparación, haciéndolo así agradable al paladar. Es conocido generalmente como un plato sabroso y apetitoso que también se puede usar como condimento. El lardo, que parece teñido de un color que se desvanece al rosado, proviene de las zonas más grasas del cerdo como el abdomen, los flancos, la espalda y el cuello. Maridajes: El uso del lardo en la cocina es variado: carnes, asados, sopas, pastas, salsas, aperitivos, tigelle, focaccias... Además, siendo un embutido muy graso, es recomendable combinarlo con vinos blancos, tendientes al ácido y efervescentes. Conservación: En un ambiente fresco. Cubrir la parte cortada con un paño. Elaboración: La producción del lardo se realiza mediante una cuidadosa selección de las carnes que se remontan a una elección de origen italiano de una cría controlada. El lardo corresponde a las zonas adiposas del cerdo. Dentro de las 72 horas posteriores al sacrificio, se realiza un meticuloso cuidado y limpieza de las partes, cubriéndolas con sal gruesa y hierbas aromáticas. Además, se coloca en tinas de mármol de manera compacta donde deben reposar durante aproximadamente 6 meses. Una vez finalizado el tiempo de maduración, se puede consumir en sus diferentes calidades: tanto cortándolo en rodajas como para otros usos culinarios y platos gastronómicos. Maduración: 24