El Zampone proviene de la antigua tradición de Módena y hace su aparición en Mirandola durante el asedio llevado a cabo por el Papa Julio II. Los habitantes del lugar, para esconder los cerdos y evitar que cayeran en manos de los invasores, sacrificaron todos los animales y pusieron las carnes molidas en las patas y en la corteza (de ahí el cotechino). La forma particular del Zampone y la suavidad que garantizaba este tipo de contenedor permanecieron hasta nuestros días. Emile Zola era un gran aficionado y siempre decía "¡si quieres alegría, el zampone da felicidad a un alma triste!".