La cerveza artesanal tiene algunos milenios, pero siempre está fresca
Había una vez, hace mucho tiempo, una cerveza.
La historia de la cerveza podría comenzar así, como el más tradicional de los cuentos de hadas, porque sus orígenes están inmersos en un mundo igualmente antiguo y de contornos indefinidos, incluso un poco mágicos. Al igual que los relatos populares, ricos en variantes territoriales y en continua evolución, la cerveza ha viajado a lo largo de los milenios gracias a su capacidad de renovarse y cambiar junto con los seres humanos.
Desde las primeras recetas mesopotámicas hasta los procesos industrializados, llegando al actual renacimiento artesanal, con cada vez mayor atención al bienestar y la calidad: esta bebida es un emblema tangible no solo de creatividad y saber hacer, sino de un continuo estratificarse de gestos conviviales y sociales en evolución, que la convierten en un verdadero patrimonio colectivo.
De los templos antiguos al nacimiento de las marcas
Se cree que la cerveza tiene orígenes que datan de hace unos 7,000-6,000 años. Las primeras evidencias provienen de antiguas civilizaciones mesopotámicas y del actual Irán, donde hallazgos arqueológicos demuestran que la fermentación de cereales ya se practicaba. Estas comunidades consideraban la cerveza no solo un alimento nutritivo, sino también un elemento litúrgico y religioso. En la región de Mesopotamia, la cerveza era central en la vida cotidiana y a menudo se producía en el ámbito doméstico o en los templos. Existen sobre el tema antiguos textos cuneiformes, como el "Hymn to Ninkasi", que contiene las primeras recetas de cerveza en forma poética. En Egipto, esta bebida desempeñaba un papel fundamental tanto en la vida cotidiana como en las ceremonias religiosas. No es casual que a menudo se represente en pinturas y relieves de tumbas, confirmando su significado cultural. Con la expansión del Imperio Romano y la integración de los pueblos, la cerveza comenzó a difundirse en Europa. Sin embargo, fue durante la Edad Media que su producción adquirió características típicamente artesanales. Los monasterios cristianos, en particular, se convirtieron en centros de experimentación e innovación en la producción, mejorando las técnicas de fermentación y conservación. Los monjes desarrollaron recetas que aún hoy influyen en algunos estilos modernos de cerveza. La llegada de la Revolución Industrial en el siglo XIX, luego, trajo significativas innovaciones en el proceso productivo de la cerveza. La introducción de maquinaria, la estandarización de los ingredientes y nuevas técnicas de refrigeración permitieron producir cerveza a escala industrial, garantizando mayor homogeneidad y calidad constante. Es aproximadamente en este período que también nacen las primeras marcas.
Tendencias de hoy: entre estilo de vida saludable y sin alcohol, la opinión de Maltese
En los últimos años, gracias a su constante capacidad de mantenerse al día, la cerveza en Italia ha vivido un nuevo renacimiento artesanal. Pequeños productores y nuevas formulaciones han ganado protagonismo en nombre de tendencias como la diversificación, incluso a nivel regional, el sin gluten y el bajo o cero alcohol, este último en respuesta a la creciente atención al bienestar. Como explica Massimiliano Gusmeo, CEO de la marca de comercio electrónico de cervezas artesanales Maltese, "la tendencia del sin alcohol representa más que una simple moda pasajera: hoy productores y minoristas del sector de alimentos y bebidas tienen la oportunidad de captar lo que se está demostrando como un verdadero fenómeno de consumo. El sin alcohol y el enfoque saludable en la mesa son ya parte integral de las expectativas de los usuarios". Precisamente anticipando e interpretando los cambios de consumo, Maltese ha creado desde hace tiempo en su comercio electrónico la sección Healthy, dedicada precisamente a quienes buscan cervezas artesanales que respeten necesidades alimentarias específicas, como las sin alcohol y sin gluten. Y a los más escépticos hacia la experimentación de estas nuevas gamas, la empresa garantiza: "Cada cerveza es el resultado de pasión e innovación, con el gusto y la variedad de aromas, estilos y sabores que no dependen en absoluto del contenido de alcohol".
Cerveza y comida: este matrimonio debe hacerse
Ya no solo cerveza y papas fritas para consumir en una barra o en el sofá. Rubias, morenas, rojas, blancas y no solo: la combinación entre cervezas y comida en la mesa está ganando terreno sobre el vino. Esto gracias a la amplia variedad de productos disponibles, a su costo y formato accesibles y a la capacidad de mantener una imagen joven, nunca demasiado exigente. Las características a considerar para la combinación son diversas, desde la efervescencia hasta el amargor. Se puede jugar con la armonía en el paladar o con el contraste, con un cierto grado de... diversión. ¿Quieren algunas ideas de matrimonio donde "se saca lo mejor el uno del otro"? Encuentren una pequeña guía a continuación.
- Una simple y rápida tarta de verduras se casa a la perfección con una Blond al estilo belga como la de Extraomnes, ligera, amarga y con agradables toques florales. Permaneciendo en el ámbito vegetal, un plato como las lasañas en versión vegana es perfecto con una cerveza de baja fermentación, clara y con buen equilibrio dulce-amargo. Por ejemplo: Franco del Birrificio WAR.
- Un gran clásico de la cocina teutónica y de toda Europa continental es el codillo de cerdo, a menudo preparado precisamente con cerveza. En este caso, en el vaso necesitamos un cuerpo más robusto y una buena dosis de tostados: una Bock de inspiración alemana, como Bebop del birrificio 50&50 de Varese es la bebida adecuada. Durante una clásica parrillada de primavera, también una IPA cítrica y resinosa como Aradia de Birra Gaia puede regalar grandes emociones.
- ¿Y para las delicias que llegan del mar? Olvidemos por un momento los vinos blancos y busquemos el máximo placer en una Saison belga, tal vez precisamente la de la Brasserie Dupont, en combinación con un "impepata di cozze"; una excelente Westmalle Tripel, en cambio, con sus aromas frutales y especiados, puede acompañar muy bien un plato de espaguetis a la marinera.
- No olvidemos un mimo al final de la comida, porque las cervezas artesanales pueden sorprender también en combinación con muchos postres. Con una fresca tarta de queso con frambuesas, recomendamos siempre una bebida que acompañe su acidez también gracias a la adición de frutos del bosque: Strawberry Pie del birrificio sueco Brewski es justo lo que se necesita. Pero en Italia el rey de los postres es solo él, el Tiramisú, cada vez más a menudo propuesto en su variante con cerveza oscura, que toma el nombre de "Birramisú". Como es fácil entender, la combinación más deliciosa es precisamente con una cerveza oscura con aromas de cacao y café, como Papanero de Ritual Lab.